Agrupaciones en modalidades de guasca y carranga, cumplieron con el Vigésimo Festival de Música Campesina. En esta oportunidad, las zonas rurales se integraron para ofrecer un espectáculo digno de las ciudades modernas y culturizadas. La vereda Agua Blanca, parte baja, recibió la inagotable garganta de los cantores.
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